La sensación de vacío no siempre se debe a la depresión o a otros problemas de salud mental. Si te sientes vacío, puede deberse al agotamiento.
Un sentimiento de vacío implica luchar para sentirse entusiasmado, lleno de energía y conectado con el mundo que le rodea. Puede tener la sensación de que no hay nada que le haga seguir adelante, como si su vida careciera de sentido o propósito. Puede que dejes de sentirte realizado con cualquier aspecto de tu vida.
Cuando el vacío se acumula y no responde a tus esfuerzos, puede convertirse en un problema de vacío crónico.
Trabajar en exceso hasta el punto del agotamiento tiene consecuencias aparte del rendimiento laboral, concretamente consecuencias que pueden hacer que te sientas vacío.
El agotamiento suele aparecer cuando has llenado todo el espacio vacío de tu vida con exigencias laborales. Dentro de este patrón, pierdes energía para mantener otros aspectos de tu vida que requieren cuidado y atención (como tus aficiones).
En el agotamiento, estás tan agotado que sólo puedes dedicar al trabajo el mínimo esfuerzo, y tu vida personal se convierte en una prioridad aún menor. Es posible que no le quede energía ni motivación para buscar la satisfacción fuera del trabajo.
Aunque el agotamiento se produzca sólo en un área de la vida (como el trabajo), los sentimientos negativos y el agotamiento suelen extenderse a otras áreas de la vida y repercutir en ellas, lo que provoca una sensación general de vacío.
Los rasgos de personalidad como el locus de control externo pueden contribuir a la sensación de vacío que se produce durante el agotamiento. Un locus de control externo es básicamente una forma académica de decir que uno cree que la vida no está realmente bajo su control. Es difícil creer que tiene sentido actuar, porque parece que nada va a cambiar o resultar de tu esfuerzo.
Si te sientes quemado pero tienes un locus de control interno, es mucho más fácil pasar a la acción y mejorar tu situación porque crees que puede funcionar. Por otro lado, si tienes un locus de control externo, te parece inútil actuar, porque crees que nada de lo que hagas importará o cambiará tu situación.
Lairritabilidad también puede contribuir al vacío en el agotamiento. Si estás quemado, es más probable que la irritabilidad se desencadene al exponerte. Las cosas no salieron bien, la interacción no fue lo que querías, no se cumplieron tus expectativas. La irritabilidad te condiciona a sentir que no hay esperanza (lo que nos devuelve al locus de control externo, mencionado anteriormente).
Y, por último, el vacío de la depresión puede solaparse con el vacío del burnout, magnificando tu lucha contra el sentimiento de vacío.
Cuanto más tardemos en remediar los efectos del burnout, más tiempo puede persistir. Según algunas fuentes, una vez que uno se agota, puede tardar más de un año en volver a sentirse normal. (Por eso tanta gente hace hincapié en la prevención del burnout)
Sin embargo, cuando atendemos a nuestras necesidades de descanso y recuperación, estamos más preparados para superar cualquier sentimiento abrumador de vacío derivado del agotamiento.(Esto no quiere decir que el autocuidado pueda resolver el burnout)
Recuperarse del agotamiento no siempre sucede de la noche a la mañana. Sin embargo, eso no significa que tengas que sentirte vacío todo el tiempo.
Por desgracia, es posible que no siempre puedas mejorar tus circunstancias laborales. En los momentos en los que tienes poco control sobre tu situación en el trabajo, la segunda mejor cosa que puedes hacer para minimizar el vacío del burnout es descansar activamente.
Es posible que sólo tengas que recargar las pilas para dedicar tiempo a las partes satisfactorias de la vida (de una forma que no sea pasiva, como desconectar viendo la televisión).
Para curar el agotamiento, es importante descansar activamente con regularidad, incluso en momentos en los que no se sienta especialmente cansado. El descanso constante es esencial para sentirse recargado y repuesto a lo largo del día.
Hay varias formas de “rellenar el vaso” cuando te sientes vacío debido al agotamiento. Algunos ejemplos de prácticas que pueden reducir la sensación de vacío son:
Puede ser muy fácil sobrecargarnos de trabajo sin saberlo. Haces horas extra para llegar a fin de mes o te ves luchando por cumplir un plazo tras otro. Con el tiempo, el trabajo te consume por completo y empiezas a sentirte agotado. Como resultado, empiezas a descuidar otros aspectos de tu vida que solían alegrarte.
Si experimenta este tipo de agotamiento, es probable que también tenga sentimientos de vacío. Afortunadamente, mediante el descanso intencionado y la recuperación activa, es posible reducir el vacío y, en última instancia, recuperarse del agotamiento.