¿Qué es la sensibilidad al rechazo y por qué coincide con tantos diagnósticos diferentes? ¿Ese patrón nos habla de las causas de la RSD? ¿Y cómo podemos experimentar menos angustia en respuesta al rechazo?
La sensibilidad al rechazo, también conocida como disforia sensible al rechazo (DSR), describe una angustia intensa en respuesta incluso a un rechazo menor o percibido. A todos nos disgusta el rechazo y podemos alterarnos por ello, pero para las personas con sensibilidad al rechazo, la respuesta emocional al rechazo percibido es extrema y debilitante. Cualquier tipo de exclusión, crítica, rechazo o juicio por parte de los demás puede llevar a las personas con RSD a una espiral de rumiación. Las personas con sensibilidad al rechazo también tienden a sobrestimar la antipatía o el juicio de los demás.
La mayoría de las personas adoptan un enfoque multidisciplinar cuando investigan las causas de la sensibilidad al rechazo. Algunos médicos creen que la predisposición a la sensibilidad al rechazo se transmite genéticamente de padres a hijos, y que las circunstancias de los primeros años de vida pueden poner de manifiesto y exacerbar los síntomas.
Las experiencias vitales tempranas que pueden predisponer a las personas a la sensibilidad al rechazo van desde el rechazo de los compañeros hasta la negligencia y el abandono de los padres. Además, la sensibilidad al rechazo coincide con una serie de problemas y diagnósticos diferentes: TDA/TDAH, autismo, TEPT y TLP, por nombrar algunos.
La sensibilidad al rechazo es uno de los síntomas más comunes del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad ( TDAH) en adultos. El Dr. Stephen Hinshaw, profesor de psicología en la UC Berkeley, ha realizado bastantes estudios en torno al TDAH y el rechazo de los compañeros.
En el artículo de 2013, “Rechazo de compañeros y amistades en niños con trastorno por déficit de atención con hiperactividad: Contributions to Long-Term Outcomes”, Hinshaw y sus coautores descubrieron que los niños con TDAH son significativamente más propensos a ser rechazados por sus compañeros. Otros estudios han arrojado resultados similares. De ello se deduce que, como adultos, las personas con TDAH serían mucho más sensibles al rechazo, real o percibido, ya que crecieron experimentándolo.
Además, dado que las personas con TDAH suelen experimentar emociones y estímulos exacerbados en general, también podrían tener una respuesta neurológica más intensa al rechazo.
Las personas con trastorno del espectro au tista (TEA) también experimentan una mayor sensibilidad al rechazo. Se supone que esto se debe a que, a menudo, las personas con TEA tienen dificultades para comunicarse. También pueden tener dificultades para leer las acciones e intenciones de quienes les rodean. Otra faceta del TEA es la experiencia de estados emocionales exacerbados y reacciones más intensas a los estímulos emocionales, en general. Por lo tanto, la percepción de rechazo puede causar una gran angustia.
ElTrastorno Límite de la Personalidad (TLP) se caracteriza por una “preocupación ansiosa por el abandono real o imaginario” (DSM-5), que suena similar a la idea general de sensibilidad al rechazo. La sensibilidad al rechazo parece ser casi un síntoma del TLP. A menudo, el TLP es el resultado de malos tratos en la infancia: abuso, negligencia, abandono, etc. El miedo a que esas cosas se trasladen a las relaciones adultas puede atormentar a los que padecen TLP. Este miedo también mantiene y exacerba su experiencia de sensibilidad al rechazo.
ElTrastorno por Estrés Postraumático (TEPT) también se ha relacionado con niveles más altos de sensibilidad al rechazo, aunque es necesario investigar más en comparación con el TDAH y el autismo. Un síntoma característico del TEPT son los estados y respuestas emocionales exacerbados. Un estudio de 2012 realizado por la Dra. Grace Kiriakos descubrió que la sensibilidad al rechazo estaba positivamente correlacionada con la gravedad de los síntomas del TEPT, pero era igualmente común entre personas con TLP y personas con TEPT.
Todas estas etiquetas de salud mental tienen un síntoma común: estados y respuestas emocionales exacerbados. Es probable que este síntoma común esté relacionado con distintos niveles de diferencia química, diferencia genética, experiencia vital temprana y neurodivergencia.
Una parte del tratamiento de la sensibilidad al rechazo consiste en afrontar la percepción del rechazo. De vez en cuando, todos percibimos un rechazo que no se está produciendo; las personas que experimentan RSD pasan por esta percepción errónea sólo un poco más a menudo. Así que aprender a no anticipar el rechazo (o a anticiparlo menos) resulta crucial para sobrellevarlo.
Además, puesto que no podemos hacer gran cosa ante los rechazos reales, resulta útil cultivar reacciones más suaves ante esas experiencias. A continuación, encontrará algunos recursos y métodos utilizados para ayudar a aliviar los sentimientos de abandono desesperado.
Los tres tipos de terapia que más pueden ayudar con la sensibilidad al rechazo son la Terapia Cognitiva Conductual (TCC), la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) y la Terapia Dialéctica Conductual (TDC). Todas ellas se centran en los procesos de pensamiento perjudiciales de las personas y los modifican para alterar los comportamientos deseados. Además, el aprendizaje de mecanismos de afrontamiento y la curación de traumas pasados ayudarán a reducir la sensibilidad a las críticas, así como la anticipación del abandono.
Al trabajar y cambiar los patrones de pensamiento sensibles al rechazo, el terapeuta puede ayudar al cliente a percibir menos falsos rechazos y a sentirse menos angustiado por los rechazos verdaderos.
En última instancia, su médico es el único que puede tomar decisiones con respecto a la medicación que podría ayudarle a sentirse más funcional. Sin embargo, diversos medicamentos han demostrado ser prometedores para reducir la sensibilidad al rechazo.
Losantidepresivos han demostrado mejorar los síntomas. Además, algunos medicamentos dirigidos a las reacciones físicas, como la medicación para la tensión arterial, también han demostrado reducir la angustia como consecuencia del rechazo. Estos medicamentos se dirigen principalmente a los síntomas, no tanto a la raíz del problema.
Puede que te imagines un lugar seguro donde el rechazo esté totalmente fuera de la mesa, pero ese lugar no es sólo una fantasía. Los espacios seguros existen, como los chats anónimos de apoyo entre iguales. En esas condiciones, la posibilidad de rechazo parece menos amenazadora (nadie sabe quién eres). Además, los moderadores se encargan de que los chats sean positivos y productivos.
Como ves, hay formas de afrontar mejor la sensibilidad al rechazo. No son soluciones sencillas, pero ¿no sería agradable vivir con menos dolor social? ¿Menos miedo al juicio de los demás? El esfuerzo merecerá la pena.
No estás solo y no estás indefenso. Ahora que sabes que puedes estar luchando contra la sensibilidad al rechazo, has completado el primer y más difícil paso: ser consciente del problema. No tiene por qué dominar tu vida cotidiana.