Cuando el dolor se queda encerrado en recuerdos difíciles, no puedes hacer nada al respecto y el dolor se encona, saliendo a la luz de formas poco útiles o inesperadas (como la ira).
Imagínate en una época en la que estabas sufriendo, sin nadie que te ayudara. Piensa en cómo te hubiera gustado que te hablaran en ese momento. ¿Qué necesitabas oír? ¿Qué apoyo desearías haber recibido en ese momento?
Dedica tan sólo 10 minutos a completar esta hoja de ejercicios:
Esta hoja de ejercicios es adecuada para las personas que han experimentado:
Conectar con tu niño interior (o con una versión imaginada de tu yo más joven) puede ayudarte a resolver la autocrítica, el síndrome del impostor causado por la marginación y las creencias negativas sobre ti mismo derivadas de relaciones problemáticas.
Escribir una carta a tu niño interior te ayuda a explorar sentimientos, emociones y creencias del pasado no resueltos. Cuando escribes una carta a tu niño interior, utilizas tu cuerpo adulto actual para reconfortar la parte de ti mismo que se sentía desamparada cuando eras niño.
Este ejercicio de escribir cartas te ayuda a procesar y llorar cualquier acontecimiento difícil del pasado. Te ayuda a recordar que, aunque entonces te sentías indefenso, ahora estás en un cuerpo adulto capaz de defenderte y satisfacer tus necesidades.
“Sí, realmente hay un pequeñín dentro de ti y necesita tu ayuda… Los traumas suelen ocurrir en algún momento de la infancia de cualquier niño normal. Quizá sea un padre que no está, quizá un matón o un entrenador con mala leche” Todo queda guardado en tu niño interior, comparte el escritor y coach de vida Sean Hotchkiss.
“Si tienes #necesidadesemocionales insatisfechas de la infancia, una forma de satisfacerlas ahora es escribirle a tu niño interior una carta diciéndole todo lo que necesita oír. Esta actividad puede ayudarte a #reconectar con tu #niño interior y recordar la cualidad emocional de ser niño.” – @open071
“Escribí una carta a mi niño interior y fue tan relajante y rompedora” – @Themagicmuir
“Escribir un diario me enseñó a dar testimonio de mí misma – a validar que nací inocente – injustamente privada del derecho de nacimiento de un niño a ser amado. Sin tener la culpa, me tocó el comodín de la baraja de la paternidad. Llevar un diario me ayudó a llorar esta terrible pérdida… A través de la continua evolución de mi capacidad para nutrirme, amarme y protegerme a mí mismo y a mis diversos yo niños, siento habitualmente una sensación de seguridad y de pertenencia al mundo.” – El terapeuta Pete Walker, MA, sobre el poder de escribir al niño interior de cada uno