Para hablar del bienestar de los cuidadores no remunerados, tenemos que hablar del pluriempleo.

Según los CDC, “el pluriempleo va en aumento”. En otras palabras, cada vez es más frecuente que las personas tengan más de un empleo, a menudo no para ganar dinero extra, sino simplemente para llegar a fin de mes. La Oficina del Censo afirma que más del 8% de los habitantes de Estados Unidos necesitan un segundo o tercer empleo para mantenerse a flote. Es decir, unos 13,1 millones de personas.

¿Qué tiene eso que ver con la salud emocional de los cuidadores no remunerados?

En realidad, mucho. Si tantas personas sin compromisos no remunerados aceptan varios trabajos para llevar comida a la mesa, tiene sentido que un cuidador no remunerado (que se mantiene a sí mismo y a otros) también tenga que aceptar varios puestos de trabajo. las estadísticas de 2009 muestran que alrededor del 27% de los cuidadores declararon un nivel de dificultades económicas de moderado a alto debido a la prestación de cuidados.

Ser cuidador no remunerado es un trabajo a tiempo completo para muchos, pero la necesidad de una fuente de ingresos independiente genera tensión emocional y física.

Entonces, ¿cómo afecta esta tensión a una persona y qué se puede hacer al respecto? Toma medidas para cuidarte con los consejos tangibles que te damos a continuación.

El impacto físico y mental de los cuidados no remunerados

Estos son algunos datos sobre los cuidadores no remunerados en Estados Unidos:

  • El cuidado no remunerado no es una experiencia aislada. En 2015, alrededor de 43,5 millones de cuidadores en Estados Unidos habían proporcionado cuidados no remunerados en el último año.
  • Múltiples estudios muestran que los cuidadores no remunerados son más propensos a enfrentarse a síntomas depresivos y síntomas de ansiedad, en comparación con la población general.
  • Los cuidadores no remunerados tienen más probabilidades de padecer un trastorno por consumo de sustancias.
  • No sólo es más frecuente que las mujeres tengan un segundo empleo, sino también que sean cuidadoras. Esto crea una disparidad en quién siente los impactos mentales, físicos y financieros del cuidado no remunerado.
  • La prestación de cuidados aumenta la probabilidad de estrés crónico, que puede acarrear una serie de perjuicios para la salud, entre los que se incluyen el aumento de la tensión arterial, el insomnio y el dolor crónico.
  • La prestación de cuidados conlleva grandes costes físicos, emocionales y económicos.

Desde el punto de vista de la salud mental, es frecuente que los cuidadores sientan que han perdido su identidad o el sentido de sí mismos. Muchos cuidadores no remunerados experimentan sentimientos de culpa, ira, frustración o impotencia. También se dice que muchos no se sienten capaces de asumir todas las responsabilidades relacionadas con el cuidado.

Los cuidadores pueden sentirse ahogados tanto por las emociones como por las responsabilidades, con poco tiempo o energía para hacer frente a estas luchas. Dicho esto, no todo es negativo. Ser cuidador expresa mucho amor y, como dice Alexandra Drane, cofundadora y directora ejecutiva de ARCHANGELS: “No hay elemento más fundacional de la humanidad que cuidar de los demás y ser cuidados, nosotros mismos”

Entonces, ¿qué puedes hacer con las cargas emocionales y financieras de esta mala* responsabilidad que has estado cargando?

Cuidar tu salud emocional como cuidador no remunerado

Aquí tienes algunas cosas que puedes hacer…

1. Recuerda esta frase: “Ambas cosas pueden ser verdad”

¿Qué significa? Al reconocer la tensión que supone cuidar a un familiar, es habitual que los cuidadores se sientan culpables. Es importante recordar que dos cosas pueden ser ciertas a la vez. Puedes sentirte tenso o estresado y querer a la persona a la que cuidas. Puedes reconocer que tienes mucho trabajo sin que sea culpa de la persona a la que cuidas. Ambas cosas no se excluyen mutuamente.

2. Prioriza la relajación y practica decir “no”

Todos necesitamos tiempo para relajarnos, pero las personas que cuidan de otras tienden a ser generosas en general. Por ello, es posible que te encuentres sobrecargado de trabajo, incluso fuera del cuidado y de tu vida profesional. No pasa nada por decir “no” y es fundamental dedicarse tiempo a uno mismo. Hay días en los que tendrás que quedarte en casa y darte un baño después del trabajo en lugar de, por ejemplo, ayudar a un amigo a mudarse o hacer un turno extra.

Si te sientes tenso y notas que la vida te está poniendo al límite, reduce los factores estresantes innecesarios siempre que puedas. Reduce tus obligaciones al mínimo. Relájate más y asume menos obligaciones ajenas a tu trabajo y a tus cuidados. Cuando tu umbral sea más alto, podrás volver a decir “sí” más a menudo.

3. Cree una rutina diaria de apoyo.

¿Duerme lo suficiente? ¿Da vueltas en la cama debido al estrés laboral o se salta comidas debido a su apretada agenda? Es fundamental que atiendas tus necesidades básicas y, sin embargo, es algo que se olvida fácilmente cuando se cuida de los demás.

No tienes por qué dedicar tus pocas horas de tiempo libre a preparar una comida digna de Instagram ni gastar todo tu dinero en productos de autocuidado exagerados. Afianza primero lo básico. Date tiempo para relajarte antes de acostarte e intenta mantener un horario de sueño regular. Prepara tentempiés o comidas de fácil acceso.

Pequeños cambios como asegurarte de que tienes tentempiés a mano para evitar una bajada de azúcar o programar un tiempo adecuado para dormir pueden marcar una gran diferencia y, para muchas personas, eso es lo que realmente es el autocuidado.

4. Tenga a mano algunas estrategias de afrontamiento.

Para los momentos de mayor estrés, disponga de algunas herramientas a las que pueda recurrir. Pueden ser ejercicios de respiración (un ejemplo sencillo son los ejercicios de respiración 5-5-5, en los que inspiras durante cinco segundos, mantienes la respiración durante cinco segundos y sueltas el aire durante cinco segundos; repítelo tantas veces como necesites), afirmaciones positivas, meditación, escribir en un diario, arte o cualquier otra cosa.

Escuchar música puede ser catártico, al igual que dar un paseo por la naturaleza. De nuevo, se trata de encontrar lo que funciona para ti y para tu vida. Si te sientes deprimido y necesitas reírte, haz una lista de canciones divertidas. Si pasas la mayor parte del día en casa y vives en una zona donde puedes pasear, reservar tiempo para hacerlo es una buena forma de cuidarte.

5. Haz hincapié en las relaciones sociales.

Dedica tiempo a ver a tus amigos. O dedica tiempo a aumentar tus contactos sociales y a hacer nuevos amigos. Esto puede significar que te unas a un grupo de apoyo (ya sea en persona o en línea) o que te apuntes a una clase, actividad o reunión. Incluso puedes encontrar un grupo de apoyo creado específicamente para otras personas en una situación similar.

La conexión social es imprescindible para la salud física y mental, y está demostrado que aumenta la capacidad de una persona para hacer frente al estrés. A veces, esto significará recurrir a un amigo para hablar de las cosas difíciles; otras, centrarse en pasar un buen rato y dejar de lado las preocupaciones por ese día.

Además, parte de la socialización consiste en utilizar tu sistema de apoyo: ¡pedir ayuda! Trabaja para superar el miedo a pedir ayuda a otras personas; recuérdate a ti mismo que pedir ayuda a un amigo es un signo de confianza y un gran honor para la mayoría de la gente.

6. Busca el apoyo anónimo de compañeros.

Si estás pasando por un mal momento o crees que te vendría bien hablar con alguien, considera la posibilidad de utilizar la red de apoyo de Supportiv.com. La red de apoyo no es una terapia ni un sustituto de la atención en crisis. En cambio, es un servicio que te permite chatear con otras personas, de forma confidencial, en menos de un minuto.

Es muy valioso poder hablar de lo que estás viviendo con gente que lo entiende. Alexandra Drane, de ARCHANGELS, explica cómo pueden beneficiarse los cuidadores: “Si pienso en Supportiv, aporta una de las cosas más extraordinarias a su comunidad: la oportunidad de que la gente, independientemente de a lo que se esté enfrentando, se sienta menos sola en ello”

“Eso lo necesitan tanto los cuidadores: decir: ‘¿No soy el único que anoche estaba tan enfadado con [inserte el nombre de la persona a la que cuida] que me clavé las uñas en los muslos para no decir nada en voz alta? ¿No soy el único? Vale, entonces me siento mejor” Ser capaz de nombrar estas cosas es increíblemente útil”

7. Reconoce los límites del afrontamiento emocional de las necesidades tangibles.

Si te aterroriza la idea de poder pagar el alquiler o recoger los medicamentos de tu ser querido, los mecanismos emocionales de afrontamiento sólo llegarán hasta cierto punto. Es beneficioso pedir ayuda en forma de apoyo emocional o social, pero a veces lo que realmente cambia las cosas es la ayuda tangible o material. Por ejemplo

  • Ayuda económica, ya sea para ti o para la persona a la que cuidas
  • Pedir a alguien que asuma algunas de tus responsabilidades como cuidador, aunque sea a corto plazo o con poca frecuencia
  • Algo propio de tu situación, como encontrar una guardería barata o gratuita si eres padre o madre

Nadie puede hacerlo todo solo.

Aliviar el impacto financiero de los cuidados no remunerados

Esto nos lleva al siguiente objetivo: aliviar la presión económica de los cuidados no remunerados.

1. Buscar subvenciones.

Una de las mejores cosas que puedes hacer para aliviar la presión económica que supone el cuidado no remunerado es buscar subvenciones y otras formas de ayuda económica. Pueden ser para ti o para la persona a la que cuidas. Existen diversas subvenciones que pueden ayudar a los cuidadores informales o no remunerados.

La disponibilidad de estas ayudas puede depender de tu país, de tu estado y de las características específicas de la persona a la que cuidas. Por ejemplo, existen recursos especiales reservados a las personas que cuidan de veteranos, así como subvenciones reservadas a quienes cuidan de personas con enfermedades o situaciones vitales específicas.

Para encontrar subvenciones aplicables a su caso, busque términos que sean exclusivos de su situación. Por ejemplo, si vives en el estado de Oregón, puedes buscar “ayuda económica para cuidadores no remunerados Oregón” Si estás en Estados Unidos, consulta los recursos disponibles en función del condado en el que vivas. A menudo, como los recursos locales están disponibles para un grupo más reducido de personas, es más fácil acceder a ellos.

2. Cobra por tu trabajo como cuidador.

Si estás luchando por encontrar subvenciones y otras formas de ayuda económica para cubrir tus necesidades y te encuentras en Estados Unidos, utiliza una guía o un recurso gubernamental para encontrar información sobre cómo conseguir que te paguen por tus esfuerzos.

Prueba también a utilizar la página de recursos de ARCHANGELS, para encontrar ayuda específica para tu estado.

3. Prevea gastos inesperados.

Según los materiales de la National Patient Advocate Foundation, los cuidadores pueden acabar siendo responsables de gastos médicos y de transporte inesperados, así como de cubrir otras necesidades económicas de la persona a la que cuidan.

Puede parecer natural intervenir y ayudar cuando la persona a la que cuida tiene problemas económicos, y su ser querido seguramente agradecerá la ayuda. Sin embargo, no olvide su propia situación económica, ya que el papel de cuidador no remunerado limita su capacidad de obtener ingresos. Trabaja con tu ser querido para planificar las compras que suelen surgir a lo largo del mes y tenlas en cuenta en su presupuesto.

4. Llame al 211.

Para quienes estén preocupados por pagar las facturas o cubrir otras necesidades personales, llamar al 211 o a su equivalente local es una forma excelente de informarse sobre lo que tienen a su disposición. Los recursos que puede encontrar a través de su línea de información local incluyen, entre otros, asistencia alimentaria, ayuda para el alquiler, cobertura de servicios públicos, ayuda para cubrir los gastos de transporte, cuidado de niños y mucho más.

En conclusión…

Merece utilizar los recursos que tiene a su disposición, así que no dude en dar el primer paso para obtener ayuda financiera hoy mismo. Si tienes dificultades para cubrir tus necesidades básicas, lee este artículo para obtener más información.

Por mucho que te guste lo que haces, de vez en cuando tendrás dificultades. Es humano, y no tienes por qué pasar por ello solo. Tener a alguien con quien hablar puede quitarte mucho peso de encima.