“¿Somos buenos el uno para el otro si acabamos de tener una gran pelea?” A pesar de la romantización de las relaciones en las redes sociales, incluso las parejas bien avenidas discuten entre sí. El amor duele a veces tanto en las buenas como en las malas relaciones, aunque en las relaciones sanas, ese dolor crea un catalizador para la discusión y el cambio.
Sigue leyendo para saber por qué a veces duele el amor y cómo afrontarlo.
A veces es más fácil identificar una relación tóxica que una sana. Conoces las grandes señales de advertencia, aunque no siempre te des cuenta de cuándo se aplican a ti.
Pero, ¿en qué consiste una relación sana? ¿Está bien que discutáis a veces? ¿Incluso si te encuentras llorando, o incluso dolido?
Resulta que sí, que es normal que el amor duela. Y no hace falta estar en una relación abusiva para que esto ocurra. De hecho, incluso las buenas relaciones pueden provocar dolor a veces.
Sentir un profundo afecto por otra persona es suficiente para transformar el dolor emocional en dolor físico: lo dice la ciencia.
Entonces, ¿cómo se transforma el amor en dolor físico que, literalmente, duele? ¿Cómo se traducen esas emociones tristes en sensación de malestar físico? Algunos estudios sobre el amor, el desamor y el tylenol nos ayudan a comprender la estrecha relación entre el dolor físico y el emocional.
Resulta que la tristeza que se siente por el rechazo no está sólo “en la cabeza”, sino también en los centros del dolor del cerebro.
Un estudio de la Universidad de California en Los Ángeles utilizó imágenes de resonancia magnética funcional para demostrar que la exclusión explícita, o rechazo, de un juego de ordenador puede activar las mismas áreas cerebrales que el dolor físico. Así que cuando te sientes rechazado por tu pareja o por alguien a quien quieres, sientes un dolor literal.
Otro estudio de la Universidad de Michigan llevó este estudio de exclusión un paso más allá y mostró a los participantes fotos de antiguas parejas que habían roto con ellos. Descubrieron una tendencia similar: pensar en un ex puede provocar en el cerebro una actividad similar al dolor físico.
A veces, para superar un desengaño amoroso hace falta algo más que una pinta de helado. Investigadores de la Universidad de Kentucky descubrieron que la administración de Tylenol, un analgésico físico, disminuía la respuesta del cerebro a la angustia. Esto indicaba que el Tylenol era eficaz para aliviar el dolor social, igual que suele aliviar el dolor físico.
Ahora que el desamor está respaldado por la ciencia, podemos preguntarnos si el amor merece la pena. He aquí el lado positivo: ¡el amor duele, pero también cura!
Podemos caer en la tentación de descartar el dolor inducido por el amor como una carga, en lugar de verlo como algo funcional. En un sentido evolutivo, los humanos hemos sobrevivido tan bien porque sentimos verdadero dolor en las situaciones sociales: este dolor impulsó a nuestros antepasados a permanecer unidos y resolver los problemas sociales, en lugar de irnos y establecernos por nuestra cuenta (donde nuestras posibilidades de supervivencia eran mucho menores).
El amor duele, sí, pero en los tiempos modernos, el dolor inducido por el amor también puede traer curación. Escuchar a nuestro cuerpo cuando el amor duele puede motivarnos a hablar con nuestra pareja, llegar a compromisos y saber que realmente estamos implicados en la relación.
Cuando el amor duele tanto que sentimos que podemos morir, también nos impulsa a ajustar nuestras perspectivas. ¿Cuánto peso le estamos dando a la relación, a esta persona y a nuestro amor por nosotros mismos?
El amor puede doler de diferentes maneras. Ya se trate de dolores de ruptura, de luchas comunes en las relaciones o de abusos, he aquí algunos artículos que pueden servir de medicina calmante para tu corazón dolorido.
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Recuerda, ¡el amor no siempre debe doler! Si te sientes mejor con un poco de apoyo para superar las penas de amor, considera la posibilidad de ponerte en contacto con compañeros que lo entienden, de forma anónima.