Hoy en día casi se puede sobrevivir sin salir de casa. Amazon te trae papel higiénico y pañuelos de papel, abundan los envíos gratuitos y Postmates se encarga de tu comida (¿a quién le gusta fregar los platos?).
Pero hay pruebas teóricas, y de personas que lo hacen, de que salir de casa casi siempre mejora la depresión y la ansiedad.
Independientemente de por qué te cuesta salir de tu zona de confort, merece la pena intentarlo. Aquí tienes algunas preguntas que puedes hacerte y algunas perspectivas para motivarte.
Recuerda evitar las distorsiones cognitivas y los estilos de pensamiento poco útiles mientras realizas este ejercicio. Respóndete a lo siguiente:
Si fueras a dar un paseo ahora mismo…
¿Qué podrías ver?
¿Qué cosas interesantes podrían ocurrir?
¿Cómo te sentirías al volver a casa?
Intenta no centrarte en los peores escenarios o en malas experiencias del pasado. Piensa en lo que realmente podría ocurrir si te abres a lo que te rodea.
Solía jugar a un juego infantil en la Nintendo Gamecube. Se llamaba Harvest Moon: A Wonderful Life, y me enseñó una lección importante.
En el juego, tienes responsabilidades para mantener tu granja y tu familia, pero también hay un pueblo lleno de vecinos y lugares de interés.
Es perfectamente posible jugar al juego sin salir mucho, pero cuando empiezas a salir de tu “casa” a horas aleatorias y a hablar con tus vecinos, empiezan a ocurrir cosas interesantes.
Los vecinos empiezan a visitarte y a darte objetos útiles, desbloqueas eventos entretenidos y ves el impacto tangible que tienen tus amistades en la evolución de tu familia.
¿Cómo se relaciona esto con salir de casa?
Cuando nos quedamos mucho en casa, llegamos a pensar que el mundo exterior nos parecerá igual de aburrido y rutinario, sólo que menos seguro y cómodo.
Muchos nos quedamos en casa incluso cuando nos sentimos aburridos o asfixiados, simplemente porque nos olvidamos de todas las cosas que podrían interesarnos fuera, en el mundo.
A veces olvidamos que el mundo exterior es distinto al de nuestra casa. A veces pensamos en salir de casa y decidimos no hacerlo porque… dentro estamos más cómodos y seguros.
Pero esa línea de pensamiento ignora una verdad importante: que el mundo exterior tiene mucho más que ofrecer que el hogar, y que la comodidad puede encontrarse fuera de tu “zona de confort”
Afortunadamente, todas estas posibilidades hacen que sea más fácil ponerse los zapatos, hacer la maleta y salir de casa. No hace falta que te quedes mucho tiempo fuera, ni que interactúes mucho con el mundo. Sé tú mismo y mira a ver qué pasa.
Si quieres hablar de tu aventura, o si aún necesitas un empujón extra para salir de casa, no dudes en escribir tus pensamientos en el chat anónimo de Supportiv. La gente que lo entienda estará allí para hablar, en menos de un minuto.