¿Te estás volviendo loco con el millón de cosas que deberías estar haciendo? ¿Y si te dijéramos que sólo hay un “debería” que merece la pena?

Cuando insistes continuamente en lo que no estás haciendo, no sólo te estás echando la culpa a ti mismo, sino que te estás “echando la culpa” a ti mismo. Así que aquí tienes 3 comprobaciones de la realidad para deshacerte de obligaciones innecesarias y mejorar tu salud mental.

 

1. ¿Quién dice que deberías hacerlo?

Cuando sientes que deberías hacer algo o actuar de una determinada manera, el primer paso y el más importante es comprobar tus suposiciones. ¿Por qué “deberías”? ¿Quién lo dice?

En Lifeskills for Adult Children, Janet Woititz y Alan Garner exponen el razonamiento más útil para enfrentarse a uno mismo:

Pregúntate:¿Quién ha inventado esta norma?

Lo más probable es que tu madre, un profesor o alguna figura de autoridad de tu infancia te dijera que debías seguir esa norma. Dite a ti mismo que sólo era su opinión. Es algo que se inventaron o, más probablemente, que aprendieron de sus padres. No está grabado en piedra en ningún sitio. No es una gran sabiduría. Y no hay razón para que sigas obedeciéndola. Dite a ti mismo que ya eres adulto y que puedes decidir por ti mismo”

2. el ‘deber’ puede perjudicar tu productividad

Si te has preguntado por qué deberías hacerlo y has dado con una respuesta real, estupendo: quizá eso sea un nuevo punto en tu lista de tareas pendientes. Pero hay motivos para no presionarse tanto.

Si pones tanto énfasis en lo que no haces, te sientes decepcionado o incluso fracasado. Y esa herida autoinfligida daña tu autoestima al tiempo que aplasta la productividad.

Que te digas a ti mismo que “deberías” no significa que te estés ayudando: “Esto es algo común que la gente piensa que es una buena estrategia de autodisciplina, pero parece ser contraproducente la mayoría de las veces”, dice el Dr. Robert Duff, autor de F*ck Anxiety.

Cuando te pones “deberes”, estás introduciendo un juicio moral sobre cómo empleas tu tiempo. No creemos que eso sea productivo y, de hecho, esa presión puede dificultar que hagas lo que realmente necesitas”.

3. No te estás juzgando sólo a ti mismo

Si no puedes dejar de juzgarte a ti mismo, hazlo por tus relaciones.

El impulso del “debería” no se apaga, y cuando lo hacemos mucho, nos volvemos inconscientemente críticos con los demás.

Cuando nos decimos a nosotros mismos con frecuencia que deberíamos hacerlo, estamos operando desde el punto de vista de nuestro crítico interior. Y cuando le damos a nuestro crítico interior tanto poder en nuestra vida y sobre lo que hacemos, no podemos dirigir qué o a quién ataca el crítico.

el “endiosamiento” se extiende a las relaciones íntimas y a las interacciones con extraños. Empezamos a interpretar todo lo que vemos a través de la lente del “debería”

No podemos seguir centrándonos en nociones preconcebidas de cómo deberían ir las cosas. Esto nos lleva a estar menos satisfechos con nuestros amigos y parejas, con nosotros mismos y con todo lo que nos rodea. El caldo de cultivo perfecto para la depresión y la ansiedad.

Si no puedes dejar de decirte a ti mismo que deberías, piensa en lo que le hace a la gente que te rodea. El país del “debería” es un lugar solitario.

En conclusión

Si te dices a ti mismo que “deberías”, asegúrate de que sea por una razón real, por una causa que merezca tu tiempo, y de que no tengas el hábito inconsciente de juzgarte a ti mismo y a los demás.

Si, después de estas comprobaciones, determinas que realmente deberías hacer esa cosa… ¡hazla de verdad!

Algunas de las peores culpas provienen de las oportunidades perdidas y las obligaciones incumplidas. Así que, cuando tu buen juicio te diga que tienes que hacer algo, no dejes que el sentimiento de culpa se acumule.

Imagen de @iamhayleykaye, h/t @rheedawalkerphd

Para más ayuda…

Si has pasado por estas comprobaciones y sigues sin saber si tus normas son razonables, tienes a toda una comunidad de gente comprensiva dispuesta a hablar contigo.

Pulsa Chatear ahora, escribe una o dos frases sobre tu dilema y podrás resolver tu problema con gente que lo entiende.