El impulso de autolesionarse parece imposible de controlar. En lugar de controlarlo, déjate llevar por él… de forma segura. No hace falta que te hagas daño para sentirte liberado.
Siéntete mejor cambiando tu método habitual de autolesión por estas 15 alternativas reales a hacerte daño.
Dibuja, aunque no seas un artista. Haz marcas en el papel en lugar de en tu piel.
Para conseguir una mayor liberación física, apila unos cuantos trozos y utiliza un bolígrafo para hacer marcas en la hoja.
Si te concentras en romper el papel con el bolígrafo, te distraerás mucho de otros impulsos peligrosos.
Si el impulso de hacerte daño dura algo más que unos minutos, prueba a limpiar un espacio.
Métete de lleno en el meollo si es necesario, sacando el polvo de las grietas o restregando la lechada con un cepillo de dientes.
No sólo ocupará tu mente y tu cuerpo, sino que además te sentirás realizado.
Un sabroso chicle puede ser la distracción que necesitas mientras tu mente se debate entre emociones.
El sabor, la acción de masticar, la salivación… tienes distracción a nivel mental, emocional y físico.
Masticar chicle te protege especialmente de rechinar los dientes por la frustración mientras esperas a que pasen los impulsos de autolesión.
Es más fácil decirlo que hacerlo, lo sabemos. Pero esperar unos minutos a que pasen las ganas se hace más y más fácil cada vez que lo practicas. Es como una forma de meditación…
A veces, el deseo de autolesionarse surge de reprimir las emociones. La sociedad tiene “normas” sobre las emociones que podemos expresar en voz alta. Y en la familia o en la escuela, estas normas pueden ser represivas, haciendo que reprimas frustraciones reales y justificadas.
Si te encuentras atrapado en una situación en la que no puedes dejar salir lo que sientes, excúsate para gritar a escondidas o chillar contra una almohada.
Tu cuerpo sentirá que tiene que gritar a la persona o cosa que realmente te está frustrando.
Sujeta cualquier cosa, excepto un arma para hacerte daño. Juguetea con un cubo Rubix, un trozo de plástico o incluso trozos de hierba. Observa las texturas, nota la temperatura de tus manos y de los objetos.
Incluso puedes intentar tejer una pulsera de la amistad, para tener un trofeo, algo que mostrar por el tiempo que resististe los impulsos dañinos realmente fuertes.
Una vez más, reprimir las emociones puede provocar arrebatos dañinos. Por otro lado, llorar puede hacer que te sientas mejor.
Llorar es una reacción válida a las emociones fuertes. A veces puede que necesites ver una película triste para que fluyan las lágrimas.
Cánsate haciendo ejercicios cortos y repentinos. Los burpees, los saltos de tijera y los sprints son buenas opciones.
La capsaicina, la sustancia química picante de los pimientos, activa en el cerebro los mismos receptores del dolor provocado por el calor.
Engaña a tu mente comiendo un bocado de comida intensamente picante, y puede que sientas el mismo subidón que al cortarte.
La baba, la masilla o la arcilla son buenas formas de clavar las uñas en algo físico. La resistencia tangible de la masilla es una buena alternativa a autolesionarse.
Aunque esto puede ser peligroso y físicamente doloroso después de un largo periodo de tiempo, romperse una goma elástica en la muñeca es menos permanente que cortarse.
La dolorosa sacudida puede ser justo lo que necesitas para dejar de considerar otros tipos de autolesión.
A veces sólo necesitas bailar al ritmo de Black Eyed Peas, cantar a Ariana Grande o fundirte con la música de Tchaikovsky. Sea cual sea el género, deja que la música tome el control para que tu mente se aleje del impulso de autolesionarte.
Ponte una capa de pegamento Elmer en las manos, deja que se seque y quítalo. Mucha gente lo hace por diversión
Es inofensivo y tanto la acción como la sensación pueden frenar los impulsos autolesivos.
Triturar papel es una buena forma de satisfacer un deseo destructivo. Puedes probar a desmenuzar los jirones para dejar salir la agresividad, o rasgar cuidadosamente el papel en tiras para distraerte.
Para añadir una capa extra de liberación, puedes utilizar papeles viejos que tengan un significado emocional para ti. Cartas de tu ex, exámenes suspendidos de hace un año o viejas listas de tareas pendientes funcionan bien.
No hay que avergonzarse por saber cuándo se necesita ayuda. Llama o envía un mensaje de texto a una línea específica como Your Life Your Voice Hotline (llama al 1-800-448-3000) o la Crisis Text Line (envía HOME al 741741).
O bien, acércate a un amigo de confianza para despotricar sobre estas emociones: obtén pruebas de que no mereces el daño que sientes.
Si necesitas desahogarte pero no puedes compartir estos sentimientos y hábitos con nadie más, puedes acudir de forma anónima a Supportiv en busca de apoyo.
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