Si has sufrido acoso o maltrato durante tu infancia -por compañeros, hermanos, padres, profesores o cualquier otra persona-, ese dolor puede desencadenarse en situaciones aparentemente inconexas durante el resto de tu vida.
Cuando eres niño, no sueles tener las herramientas internas para procesar tu propio maltrato. Pero cuando no procesas estas experiencias, pueden marcarte. Así es como empieza el ciclo desencadenante.
Por suerte, nunca es demasiado tarde para elaborar el duelo y afrontar mejor las cicatrices del acoso escolar.
Tómate tan sólo 10 minutos para completar esta hoja de trabajo:
Este ejercicio es adecuado para las personas que han sufrido:
Las preguntas de esta hoja de ejercicios te ayudan primero a organizar tus emociones a partir de una experiencia pasada. Después, te guían para que confíes en que puedes prevenir situaciones similares en el presente.
“Los malos recuerdos pueden ser bastante perturbadores. Y a veces, cuanto más intentamos alejarlos, más vuelven para atormentarnos.” – Amy Morin, LCSW
“Los hechos de un suceso no se pueden cambiar, pero la carga emocional de un recuerdo doloroso se puede “editar” afrontando las emociones asociadas a él y cambiando las historias que te cuentas sobre el suceso.” – Christiana Star