Ignorar las llamadas no es una preferencia de todo el mundo. Para muchos, ignorar las llamadas se debe a la fobia al teléfono. Quienes sufren fobia al teléfono pueden desear desesperadamente atender llamadas, pero se sienten paralizados. Esto puede interferir en su capacidad para socializar y participar en otras tareas necesarias de la vida.

Así que cuando ignorar las llamadas se siente fuera de control, o si luchas contra la fobia al teléfono, ¿qué puedes hacer al respecto?

Hablemos del papel de las llamadas telefónicas en la vida moderna, de cómo saber si ignorar llamadas se ha convertido en un problema en su vida y de qué hacer para superarlo.

¿Qué es la fobia al teléfono?

No hay que confundirla con la fonofobia (miedo a los sonidos fuertes), la fobia al teléfono es exactamente lo que parece. La fobia al teléfono es un miedo a las llamadas telefónicas que puede llevar a ignorarlas o a abstenerse de hacerlas.

Si tiene fobia al teléfono, puede sentirse nervioso o aprensivo cuando suena el teléfono o cuando tiene que hacer una llamada. También puede notar repercusiones negativas en su vida, al margen del miedo en sí.

Otros términos para la fobia al teléfono son fobia al teléfono, telefonofobia y telefobia. Aunque no tengas una fobia total a hablar por teléfono, puede que sigas evitándolo o temiéndolo. Este artículo también puede aplicarse a las personas con síntomas más leves.

Si tienes fobia al teléfono o problemas para ignorar las llamadas, no se trata sólo de ti. De hecho, la fobia al teléfono es muy común.

¿Es frecuente la fobia al teléfono?

Una encuesta realizada en Australia reveló que casi la mitad de la Generación Z siente ansiedad al hablar por teléfono. Casi 6 de cada 10 temen hacer o aceptar incluso una llamada necesaria, y el 42% afirma que una llamada incómoda es una de las tres cosas más importantes que quieren evitar.

La mayoría estamos de acuerdo en que las llamadas telefónicas desempeñan un papel diferente en nuestras vidas dependiendo de la generación en la que crecimos, al menos como afirmación general. La fobia al teléfono es probablemente más dominante en quienes crecieron con una tecnología más avanzada, debido a la falta de práctica o al uso rutinario.

Por otro lado, puede que sea menos frecuente entre aquellos que tuvieron que hacer llamadas por necesidad sin ni siquiera tener identificador de llamadas, como los Baby Boomers o la Generación X. Sin embargo, la fobia al teléfono no afecta únicamente a la Generación Z.

Muchos de nosotros preferimos hablar cara a cara o enviar mensajes de texto, dos formas de comunicación eficaces en la mayoría de los casos. Entonces, ¿en qué momento ignorar las llamadas se convierte en un mal hábito?

¿Cuándo se ignoran “demasiado” las llamadas?

A pesar del aumento de las tasas de uso excesivo de los teléfonos inteligentes en diversos grupos de edad, es posible que personas de todas las edades eviten las llamadas telefónicas. Si tienes una fobia al teléfono que se te ha ido de las manos, es posible que notes uno o más de los siguientes signos.

Quieres hablar por teléfono con tus amigos o seres queridos, pero no puedes.

De nuevo, muchos de nosotros preferimos los mensajes de texto, los mensajes de texto o las conversaciones cara a cara a las llamadas telefónicas. ¿Qué ocurre cuando la llamada es la única opción?

Quizá tengas un familiar mayor que te llama, pero a ti te cuesta coger el teléfono o devolverle la llamada. Todavía no se han acostumbrado a enviar mensajes de texto o no están tan acostumbrados como para sustituir a una llamada telefónica, así que pierdes el contacto con ellos.

También puede ocurrir que tengas amigos a los que te encantaría llamar o chatear por vídeo, pero temes o evitas hacerlo. Por ejemplo, un amigo a distancia de tu edad.

Ambos son ejemplos de cómo la fobia al teléfono puede afectar a tu vida social o familiar.

Afecta a tu bienestar (por ejemplo, no puedes acudir a tus citas médicas).

¿Aplazas cosas como una cita con el médico o el dentista debido a la fobia al teléfono? Si es así, es probable que haya llegado el momento de abordar la tendencia a ignorar las llamadas. La programación de citas en línea es increíble cuando existe la opción, pero, por desgracia, no siempre está disponible. Este es un ejemplo de cómo la fobia al teléfono puede afectar directamente a su salud.

Afecta a otro ámbito de la vida.

Aparte de las relaciones interpersonales y la salud, la fobia al teléfono puede afectar enormemente al trabajo y a otros ámbitos de la vida. Podrías tener un trabajo que requiera responder llamadas, e ignorarlas podría tener graves consecuencias. Por otra parte, el nerviosismo en sí podría venir acompañado de síntomas físicos o emocionales desfavorables, aunque al final la llamada tenga éxito.

Del mismo modo, es posible que necesites hacer una llamada para implicarte en una causa que te preocupa (por ejemplo, llamar a tus representantes), finalizar un préstamo, hacer una pregunta sobre el menú en un restaurante o por cualquier otro motivo.

Hay formas de esforzarse por dejar de ignorar las llamadas de forma saludable y rebajar la angustia si es necesario. Echa un vistazo a las ideas que te proponemos a continuación.

Cómo presionarte de forma saludable, *si* puede ayudarte a sentirte mejor o a funcionar con más facilidad

No todos tenemos muchas ganas de hablar por teléfono más a menudo. Dicho esto, si padeces fobia al teléfono, aprender a afrontarla y superarla podría mejorar tu vida y tu bienestar, o reducir sustancialmente tus niveles de estrés.

La técnica de “arrancar la tirita” es poderosa. Marca el número, siéntate con los ojos cerrados, cuenta hasta tres y pulsa “llamar” (o contesta al teléfono). Sin embargo, este enfoque requiere recursos internos para superar la incomodidad.

Alternativamente, si caes en la tentación e ignoras una llamada, es perfectamente razonable enviar un mensaje de texto después. Decir “¿Qué pasa? Te llamo dentro de un rato” puede ayudarte a prepararte para una interacción verbal.

Pero, ¿qué otros consejos te pueden ayudar a vencer la fobia al teléfono? A continuación te explicamos cómo afrontar y, en última instancia, vencer varias de las causas fundamentales de la fobia al teléfono.

1. Escribe un guión.

¿Tienes miedo de hablar mal o de perder las palabras y quedarte callado al teléfono? Muchos de los que padecemos ansiedad telefónica tropezamos al hablar por teléfono o tememos hacerlo. Puede que sientas que tu mente se queda en blanco cuando coges una llamada o cuando la persona que está al otro lado responde a una llamada tuya.

Si esto le resulta familiar, escriba lo que tiene que decir en un papel y póngalo delante la próxima vez que tenga que hacer una llamada. Puedes escribir frases exactas o puntos clave.

2. Pídele a alguien que sea tu doble.

Si tienes miedo a hacer llamadas telefónicas, que alguien te acompañe puede ayudarte. Pongamos que tienes que pedir cita con el médico y se te ha hecho muy larga debido a la fobia al teléfono. Elige a un amigo, compañero o ser querido para que se siente contigo mientras llamas.

3. Programe las llamadas con antelación.

A veces, la anticipación empeora las cosas. En otros casos, programar las llamadas con antelación puede ayudar. Escriba una lista de tareas o propóngase realizar la llamada que está evitando a una hora concreta. Por ejemplo, el miércoles a las 10 de la mañana.

4. Dile a la persona que te llama cuánto tiempo tienes para hablar.

¿Cuántos de nosotros tememos más quedarnos atrapados en una llamada larga que contestar al teléfono? Para mucha gente, de ahí viene lo de ignorar las llamadas. Si ignoras las llamadas porque no quieres hablar durante mucho tiempo, dile por adelantado cuánto tiempo tienes para hablar (por ejemplo: “Tengo 20 minutos”)

Algunas personas llaman a determinadas horas del día por este motivo. Por ejemplo, puedes llamar a tus padres antes de ir a trabajar. Así, tienes una hora fija para colgar el teléfono.

5. Aborde la ansiedad de rendimiento.

La ansiedad de ejecución es una causa frecuentemente citada de la fobia al teléfono. Si temes decir algo incorrecto por teléfono o tener un encuentro incómodo durante una llamada, éste podría ser tu caso.

Un hecho reconfortante sobre las llamadas telefónicas es que rara vez son permanentes. Mucho menos permanentes que las redes sociales. Puede que tropieces, pero todos lo hacemos. Incluso en el trabajo, reírse de un error, corregirlo y seguir adelante es perfectamente aceptable.

Utiliza la autoconversación positiva para hacer frente a la ansiedad que provocan las llamadas telefónicas. Antes de una llamada, entrénese a sí mismo: “mucha gente tiene ansiedad telefónica; no necesito ser perfecto. Sólo necesito comunicar lo suficiente para cumplir mi objetivo”

Por ejemplo, si tu objetivo es concertar una cita con el médico, no importa si te tropiezas o hablas mal. Sólo importa que consigas la cita.

Reflexiones finales…

La fobia al teléfono es común y afecta a casi la mitad de la Generación Z. Aunque no experimentes necesariamente fobia al teléfono, es posible que temas, pospongas o evites las llamadas telefónicas. Si ignorar las llamadas se te va de las manos, puede tener consecuencias. Independientemente de la causa.

La pérdida de oportunidades sociales y la imposibilidad de acudir a citas médicas son dos ejemplos de cómo la fobia al teléfono puede interferir en su vida o en su funcionamiento. Dicho esto, hay consejos que puedes utilizar para superarla, como escribir un guión o prepararte con técnicas de establecimiento de límites.

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